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Aprendiendo a montar en bici desde cero (parte 1)

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Afortunadamente, las bicis han volado de las tiendas dejándolas casi sin existencias durante la pandemia. Se han llenado las calles de bicicletas, de ciclistas urbanos y muchos ayuntamientos han mejorado sus infraestructuras de carriles bici, parkings bicis, etc.

Si eres de las personas que aún no sabe montar en bici, en este artículo encontrarás algunos tips para iniciarte de forma autodidacta.

Serán tres entradas en las que veremos cómo aprender desde cero, cómo mejorar tu técnica y habilidades sobre la bici y la última será un repaso a las normativas de circulación para que puedas salir con seguridad a montar en bici una vez hayas aprendido.

El material

Lo primero que necesitas es una bici con la que puedas llegar bien al suelo, poniendo los pies por completo. De esta manera el sillín estará más bajo de lo que se necesita realmente, pero ya lo iremos subiendo conforme vayas necesitando.

Si lo deseas, puedes ponerte casco, guantes y ropa cómoda. Es aconsejable meter los cordones de las zapatillas por dentro para no engancharse con el plato, al igual que el bajo del pantalón. Si lo ves necesario puedes usar una funda acolchada para el sillín o un culote.

Haz un pequeño chequeo a la bici, para comprobar que frena bien, que las ruedas están bien hinchadas, que la dirección está bien, y que los cambios están en una marcha fácil.

El espacio

Lo ideal es que sea una plaza poco concurrida, sin obstáculos, y si tiene una ligera pendiente de bajada, mucho mejor, ya que te facilitará los ejercicios.

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La progresión

Primero de todo vamos a conocer la bici. Pasea junto a ella para ver si funciona bien la dirección, los frenos, para conocer su peso e ir haciéndote a ella.

Para subirte o bajarte de la bici, siempre deberás inclinarla ligeramente hacia ti, y pasar la pierna, bien por medio del sillín y el manillar, si es una bici que no tiene barra, o bien por detrás del sillín.

Una vez sentada en el sillín, deberás poner los pies en el suelo, separados de los pedales, para evitar pegarte con ellos.

Los ejercicios de equilibrio sin los pies en los pedales.

1.       Empieza sentada en el sillín e impúlsate en el suelo con los pies alternativamente, en una zona llana, como si caminaras mientras vas sentada. Este ejercicio pretende que vayas encontrando un punto de equilibrio y que cada vez des menos pasos en el suelo. Todos los ejercicios debes hacerlos con la vista al frente. No mires la rueda, siempre un par de metros al frente tuya. Allá donde mires, irá tu bici. Lleva los brazos y hombros relajados, sin sujetar muy fuerte el manillar, si no con suavidad. La tensión hará que te sientas fatigado muy pronto.

2.       Realiza el mismo ejercicio anterior, pero esta vez impúlsate con los dos pies a la vez. Puedes darte tres impulsos seguidos en el suelo, y probar a levantar los pies a ver cuánto tiempo eres capaz de mantenerte en equilibrio.

3.       Repite los dos ejercicios anteriores pero esta vez en una pequeña pendiente de bajada, asegurándote que eres capaz de frenar la bici con las manos en los frenos y no con los pies.

4.       Practica esta secuencia para bajarte de la bici: frenar, inclinar la bici y desmontar del sillín. Evita arrojarte del sillín hacia adelante. Podrías hacerte daño.

5.       Una vez consigas pasar más tiempo sin poner los pies en el suelo para impulsarte, puedes empezar a realizar algún pequeño giro, aún sin poner los pies en los pedales. Tan solo intenta dirigir la bici hacia un punto en concreto.

 Si ya has conseguido pasar más de 30’ en equilibrio tanto en llano como en bajada, estas preparada para poner los pies en los pedales.

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Ejercicios poniendo los pies en los pedales

Vamos a ver tres formas de poner los pies en los pedales.

1.       La más habitual, es que coloques la biela del pie con el que vas a dar el primer impulso en paralelo con el tubo horizontal de la bici.

2.       Coloca el pie encima del pedal, y el otro pie está en contacto con el suelo.

3.       Al presionar con el pie de arriba, el pedal que estaba abajo, pasará a estar, arriba, con lo que el pie que está de apoyo en el suelo, vas a tenerlo que elevar hasta el punto más alto. Esto puede resultar un poco complicado, al llevar el sillín tan bajo, pero seguro que lo puedes conseguir con un poco de práctica.

4.       En este paso, son los dos pies los que deben impulsar la bicicleta. El primero para accionar los pedales, y el segundo para impulsarte en el suelo para lanzar la bici y que tengas algo de velocidad. Si la bici no tiene velocidad perderás rápidamente el equilibrio y no podrás colocar el segundo pie.

5.       Si por alguna razón no puedes poner el pie dos en el pedal, y estás manteniendo durante mucho tiempo el pie con el que empezabas en el pedal 1, sentirás que la bici se inclina hacia el pie que está abajo, sobre el pedal en el que estás ejerciendo presión. De ahí la importancia de subir el segundo pie lo antes posible e intentar mantener el movimiento de la bici.

La segunda opción para empezar a poner los pies en los pedales es hacerlo con los pedales en paralelo.

1.       Colócate sentada en el sillín y posiciona los dos pedales de tal manera que queden en la misma posición, que no esté uno por encima del otro.

2.       Impulsa tres veces la bici con los pies en el suelo para ganar velocidad y una vez en marcha sube los dos pies a la vez sobre los pedales. Ya puedes pedalear e intentar dirigir la bici en línea recta.

3.       Recuerda seguir la secuencia para parar: frenar, inclinar y desmontar.

Hay una tercera forma de arrancar la bici si el plan A y el B no funcionan.

1.       Sitúate en una ligera pendiente descendente.

2.       Coloca el pie en el pedal de abajo. El otro pie está en el suelo. Puedes accionar los frenos para evitar que la bici se mueva mientras estás preparándote.

3.       En cuanto estés preparada, suelta el freno, impulsa con el pie del suelo para ganar velocidad e intenta subir el pie dos al pedal que estará en la parte más alta.

4.       Puedes pedalear o simplemente intentar mantener el equilibrio en la bajada con los dos pies puestos en los pedales sin accionarlos.

Si ya has conseguido poner los pies sobre los pedales y hacerlos girar, ya solo te queda practicar y practicar en una zona segura, donde no vaya a pasar nadie, estés tranquila y lejos de las miradas que puedan incomodarte. Nunca es tarde para empezar a montar en bici. Seguro que siempre has querido hacerlo, pero nunca encontrabas el momento o no sabías cómo.

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Conforme vayas sintiéndote más cómoda, podrás ir subiendo el sillín hasta que sólo toques con los pies de puntillas en el suelo.

En la siguiente entrada veremos cómo ganar habilidad para que empieces a hacer pequeños recorridos.

Autora: Erkuden Almagro, coordinadora de las Quedadas Women In bike.

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