Una pregunta tan clara y concisa y, por lo general, una respuesta ambigua y de difícil interpretación. Vamos a sentar bases de cómo las geometrías deberían adaptarse a la mujer.
Partimos de la base de que anatómica y fisiológicamente no somos iguales, ambos sexos tenemos diferencias radicales en nuestra morfología y capacidades físicas, y esto en nuestro deporte se ve exponencialmente aumentado.
Son muchas las marcas que, atendiendo a esta ‘problemática’, han desarrollado modelos de bicicletas específicas para mujeres. Pero yo no estaría escribiendo este artículo si la industria ciclista hubiese conseguido solventar la necesidad desde un principio.
La posición de la mujer sobre la bicicleta es muy distinta a la que llevamos los hombres. Se ha descrito que la pelvis de la mujer inclina más, hablando técnicamente se antevierte más sobre el sillín, y con ello, el lugar de apoyo de los isquiones ha demostrado ser unos 10-15mm más retrasado que el masculino.
Si nos fijamos en carreras femeninas y masculinas, la principal diferencia de posicionamiento es precisamente ésta, se ve a la mayoría de las ciclistas bien sentadas, mientras que los hombres se apoyan más en la punta del sillín.
A consecuencia de sentarse más lejos, tener la pelvis, y por tanto el tronco, más inclinado, a las mujeres les cuesta más llegar a generar un correcto apoyo en el manillar para la conducción de la bicicleta, viéndose comúnmente el apoyo más retrasado sin llegar a agarrar del todo la maneta de freno.
Otra de las características que la mujer implica en el pedaleo es el punteo. Como tal nos referimos a la inclinación que el tobillo muestra durante el ciclo de pedaleo, siendo muy prevalentes valores excesivos de plantarflexión (ir de puntillas).
Todos estos factores debemos tenerlos en cuenta, pero sin duda, el principal es el apoyo sobre el sillín. Volviendo a los primeros párrafos del artículo, veíamos que éste es más retrasado y con más anteversión pélvica que, sumado a una mayor exposición y sensibilidad de la zona genital femenina, van a causar casi la totalidad de los problemas, lesiones y/o molestias que las ciclistas refieren. Durante muchos años esto ha sido un tema tabú, pero no por ello debemos pasarlo por alto.
Durante mucho tiempo se han desarrollado bicicletas bajo la denominación de específicas para mujeres, pero con escasos cambios en cuanto a la geometría. Han sido, principalmente, cambios de fachada: cambio de colores y poco más. Si nos ponemos a indagar en las principales marcas de bicicletas que llevan nuestras ciclistas profesionales y estudiamos las geometrías, podemos ver cómo, incluso en algunos fabricantes, las bicicletas son totalmente iguales, solo varía el nombre y el color del cuadro. Da que pensar, ¿verdad?
Con toda la información sobre la mesa ya podemos empezar a pensar que las bicicletas no van a ser unisex, sino que, por el contrario, necesitamos distintas geometrías que permitan a las ciclistas rodar de una forma más cómoda y eficiente.
Una bicicleta específica para mujer no solo puede cambiar el color del cuadro o añadir alusiones femeninas, debe comprender:
- Mayor Stack (altura del cuadro).
- Menor Reach (longitud del cuadro).
- Tija con retroceso de unos 15 mm. aproximadamente.
- Angulaciones de tubo de sillín ligeramente más verticales, debido a la modificación de longitudes del resto de tubos.
- Bielas más cortas (165-170mm). Rara vez en 172.5mm.
- Potencias más cortas.
- Manillares más estrechos (360-380mm por lo general).
En estas dos tablas, sacadas directamente de uno de los fabricantes que más ha apostado por crear bicicletas específicas de mujer, podemos observar las geometrías y las diferencias que tienen ambas bicicletas (mismo modelo, talla XS, año 2019. En morado la geometría de mujer; en azul la general).
Este fabricante es el que más diferencias en geometrías de cuadros nos aporta, pero como se puede observar, las variaciones son mínimas.
Los sillines son un mundo aparte. Quizá sea el factor que requiera de mayor individualización en el ajuste de la bicicleta, y sin caer en generalizaciones, debemos buscar:
- Sillín de 140-150 mm. de anchura. La talla del sillín debe ir acorde al ancho de isquiones que cada ciclista presente. Muy rara vez se ve una ciclista que requiera un sillín menor a 14 cm. de anchura.
- ¿Más o menos foam? ¿Más o menos acolchado? Cuanto mayor sea el nivel de la ciclista, más rígido prefiere el sillín y, por el contrario, a menos nivel se precisa un sillín con más foam. Este factor es algo que siempre se debe individualizar y elegir entre las sensaciones que la ciclista perciba y los datos de presiones que un estudio biomecánico aporte.
Todo nos invita a pensar que aún falta desarrollo por parte de la industria para generar bicicletas acordes a las necesidades específicas que las mujeres presentan. Sin embargo, cabe reseñar los avances que poco a poco van apareciendo en cuanto a las geometrías.
Adrián Moro Muñoz.
adrianmoro@entrenamientociclismo.com
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