Pues Mi nombre es Krisztina Molnár, soy húngara. En el año 2000 algunos esperaban el fin del mundo; a mí me esperaba una nueva vida, en Alicante, junto con mi hija Karin Szabó. Tengo una colección de “sobres de azúcar” que no me tomo en las paradas de las salidas en bici con Tri.net.
Y Siguiendo la recomendación del primer sobre de azúcar:
“A veces hay que arriesgarse a hacer cosas nuevas. Si aciertas será tu recompensa, si te equivocas será una lección”
Todo lo que te pasa en el mundo del deporte, se puede aplicar a la vida diaria. Mi vida de “deportista aficionada” empezó hace más de 25 años tras el nacimiento de mi hija Karin. Me compré unas zapatillas de correr (que antes no costaban tanto, ya que no era moda el “running”) y comencé a correr por los bosques de mi tierra.
De igual forma decidí aprender a hablar en castellano tras escuchar una poesía de F. G. Lorca, “La Jaca negra”. Me compré un libro de texto y aquí estoy, escribiendo en castellano.
También tuve una idea loca a los 24 años, correr el mismo número de kilómetros que los años que cumplo el día de mi cumple. La idea es correr el mismo número hasta los 50 años y a partir de allí cada año correr 1km menos. A los 100 años me tocará 1km., tendré todo el día para hacerlo. Hasta ahora siempre me acompañaba mi hija en bici. ¡Es mi gran reto, seguir así!
El segundo sobre que no pongo en mi taza de café (ya tomamos bastante escondido en otras comidas):
“La felicidad es interior, no exterior, por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino lo que somos” (Pablo Neruda)
Este sobre se ajusta a la perfección a mis primeras experiencias con la bici. En Hungría ya de pequeña (2-3 años) aprendes a montar en bici, ya que con ella vas a ir al cole, a comprar, etc. Mi madre nos llevaba a la guardería en bici, mi hermanito delante en un sillín colocado en el manillar y yo detrás con las piernas muy abiertas porque había que llevar dos cántaros, cada uno de 10 litros, para coger agua por el camino, ya que en casa no teníamos ni agua potable, ni luz, ¡pero bici sí!
Cuando tenía unos 12-13 años, a mi hermano le regalaron una bici de carretera de color verde (algún modelo ruso); a él no le hacía gracia, quería una moto. A mí me encantaba, aunque fuera modelo de chico prefería esa, y no la mía modelo “Camping” que era para chicas con un cuadro que te permitía pedalear con falda y sólo se usaba como medio de transporte. Así que para no tener que esperar el bus a las 6.30 de la mañana, para ir al cole que teníamos a 9 kms. cada mañana, a pesar de la lluvia, la nieve, … iba al cole con la bici verde y con dos cántaros de 10 litros detrás. A la ida iban vacías y a la vuelta, por la tarde, llenas. Porque ya me tocaba a mi llevar el agua a casa. Para divertirme cada día intentaba ir un poco más rápido. Evidentemente no tenía ni idea que se existían equipos ciclistas. Las tardes, noches y en los veranos nos tocaba ayudar en casa, cuidando 10.000 gansos con dos perros. No, no me he equivocado de número, ¡eran 10.000! Pero esa es otra historia.
De aquella época gané dos cosas: una pulmonía mal curada y fuerza para pedalear ahora con mis bicicletas (tengo dos: una de carretera y otra de montaña), que ya “solo” uso para divertirme entrenando con mis compañeros/as. Tal vez por eso en los triatlones mis compañeras de competición me señalaban como “La ciclista”, que realmente no he sido nunca porque no tuve la oportunidad.
El tercer sobre de azúcar me devolvió la ilusión por pedalear…
“Nunca renuncies a algo que realmente quieres, es difícil esperar, pero más difícil es lamentarse”
Mi reencuentro con la bici en España fue en 2004. Organizamos un intercambio entre un club de triatlón húngaro y uno de Alicante.
Seguía sin saber nadar, solo corría. Fui de intérprete y en una de sus salidas en bici me tocó esperarles en el coche. En ese momento decidí que jamás esperaría sin hacer nada mientras otros entrenan.
Gracias a Ramón, un chico de aquel club, que me dejo su bici de carretera, aunque a mi exmarido no le hacía mucha gracia porque tenía miedo de que me iba a caer con las ruedas finas, (una pena que no confiara en mí), hice mis primeros 54 km. por la Sierra de Mariola con pedales automáticos y con las zapas de correr. ¡Me encantó!
“Los sueños son la meta y la imaginación el transporte… la realidad el punto de partida”
Así que, ahorrando un poco, compramos una bici y empecé a salir con un grupo de ciclistas. Tenían una furgo como coche escoba… desde allí me animaba mi niña Karin, mientras escuchaba historias de Pepe Marcos quien, si no me equivoco, era el primer mecánico de bici en Alicante.
Tenía que escuchar comentarios como “ha venido una, hoy ya no vamos a entrenar”, “va muy bien tu mujer, ponla a competir y así sacará pasta”. A pesar de algunas experiencias negativas, había más positivas, como compartir miles de kilómetros con mi hija, aprender a bajar con la bici de montaña con mi compañero de viaje, participar en la Costa Blanca Bike Race por parejas, encontrar “un amigo”, Ángel Cuartero, que ha hecho estos años más por mí que mi padre, y preparar con él y Ramón Gil los 182 kilómetros de La Indurain, donde quedé segunda de la general, aunque aquel año había premio para los tres primeros y en cambio sólo para la primera mujer
Y aquí va el siguiente sobre:
“Todo logro se logra con la decisión de intentarlo”
A parte de montar en bici, aprendí a nadar, empecé a participar en los triatlones, llegué a hacer tres Ironmans. En una de ellas quedé 5ª en la general, pero como no me apunté como de “elite”, ya que nadaba a braza y nunca pensaba en los resultados, me quedé sin el premio en metálico.
¡Pero me falta una cosa, la sección ciclista de Tri.net!!
Por fin en 2021, a pesar de ser un año complicado por el Covid19, estamos terminando el curso de director/a deportivo de ciclismo y por fin tendremos una sección de ciclismo para todas las edades y niveles. Para que otras niñas y mujeres sí que tengan la oportunidad de ser “ciclista”, no como me pasó a mí.
¡Porque creo que el deporte debería ser un derecho universal!
“PROHIBIDO RENDIRSE, RESPIRA HONDO Y SIGUE”
PD: consejos que podría dar según mis experiencias:
Haz las cosas por ti.
No te compares con otros/otras.
Tener pequeños objetivos para conseguir a corto y largo plazo.
Ten un pequeño diario de entrenamiento, apunta lo que haces, las sensaciones, etc,…
No hagas planes de entrenamiento para ti, busca un/a especialista que te ayude.
No utilices siempre el crono… sé el dueño de tu cuerpo, no te dejes llevar por un aparato.
Disfruta siempre lo que haces.
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