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Aprende a rodar (III): Colocación y protección del viento

Para rodar de una forma más eficiente y segura debemos aprender a controlar el factor viento, protegiéndonos de él cuando sea necesario.

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Sobre la bicicleta, uno de nuestros mayores enemigos es el viento, y para ello debemos saber protegernos o beneficiarnos de él cuando lo necesitemos mediante estrategias previamente asimiladas. Controlar este factor no solo nos va a permitir comodidad al rodar, también conseguiremos un mayor rendimiento y un menor gasto, aprovechando de mejor forma nuestra bicicleta.

De igual modo sucede cuando los ciclistas van en grupo; saber rodar correctamente teniendo en cuenta el viento nos proporcionará muchas mejoras.

Viento frontal.  Es el que da de cara, ese tan incómodo cuando vas en bicicleta. Este viento al contacto con el ciclista se dispersa hacia los laterales, permitiendo que justo detrás de este ciclista se produzca un vacío o protección (zona de baja presión), de ahí la expresión tan escuchada de “ir a rueda”. Ir a rueda no es más que colocarse justo detrás del ciclista que tienes delante, buscando su protección, evitando el viento y, de esta forma, ahorrando energía.

Viento lateral. Este tipo de viento quizá sea el que mayor riesgo hace padecer al ciclista, pudiendo llegar a derribarle. Si vas sólo y te encuentras viento lateral (también llamado de costado), adapta la velocidad, agarra con firmeza el manillar y ten en cuenta que puede haber ráfagas que pueden llegar a desequilibrarte.

Si vas en grupo, la forma más correcta de protegerse es colocarse al lado contrario del que viene el viento, utilizando de pantalla protectora al ciclista que va en ese lado. Frente a esta situación, lo ideal es realizar relevos para colaborar y ayudarse entre todos, generando un mayor y más cómodo avance. Con la experiencia atisbarás la importancia de colocarse bien en este tipo de situaciones.

Viento a favor. Es el que más gusta al ciclista por su gran ayuda. El ahorro de energía que permite, así como el aumento de velocidad, es gratamente aceptado por el ciclista. Aquí se aplica justamente la situación contraria a la sucedida con el viento frontal, pues los más beneficiados son los que van en la parte posterior del grupo.

Cuando el viento va a ser compañero de entrenamiento es necesario recordar que:

-       La ropa del ciclista ha de ser ajustada, como habitualmente. La ropa ancha o poco ajustada no ayuda en absoluto.

-    Si llevas ruedas de perfil ancho (bicicletas de carretera) tendrás menos estabilidad y mayor riesgo de caída, mayor resistencia al aire.

-       Utiliza gafas (recomendable cualquier día sobre la bicicleta).

-       Procura ir en grupo, será más cómodo y seguro.

-       Agudiza la atención; no olvides que debes ir lo más cómodo posible sobre la bicicleta, pero de manera segura.

-       Y, sobre todo, en caso de ser un viento excesivo, prima la seguridad: no salgas en bicicleta.

Del mismo modo, y tal y como se indica de forma más detallada en este artículo, para garantizar unas correctas garantías en cuanto a seguridad vial debemos recordar que todos los ciclistas están obligados a cumplir y seguir las normas viales del mismo modo que el resto de usuarios de la vía. Estas mismas leyes establecen también una serie de derechos a los usuarios de las bicicletas, entre los que cabe destacar en primer lugar la distancia lateral mínima de seguridad para efectuar un adelantamiento: cualquier vehículo que vaya a rebasar a un ciclista debe guardar 1,5 metros a la hora de adelantarlo.

Cabe aclarar que los conductores que vayan a efectuar el adelantamiento pueden cruzar una línea continua, siempre y cuando las condiciones del tráfico lo permitan, respetando esta distancia mínima, y deben asegurarse de que la velocidad a la que realizan la maniobra es suficientemente baja como para no poner en peligro la integridad del ciclista.

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