Aranburu finaliza 19º en la prueba en línea de un Mundial de Glasgow que pasará a la historia

El circuito urbano de Glasgow, que tantos comentarios ha brindado en las jornadas previas al Mundial por su fisionomía prácticamente única, no quedará en el olvido de los aficionados al ciclismo. Su revirado trazado, sin rectas de entidad y constantes repechos ha propiciado una carrera en la que la habilidad sobre la bicicleta y la colocación se han tornado determinantes y donde la velocidad ha hecho el resto. Los constantes látigos provocados por el alto ritmo y las diferentes arrancadas protagonizadas por los principales favoritos a la victoria han transformado en un ejercicio de supervivencia esta prueba en línea Élite masculina.

Alex Aranburu, que ha completado una actuación muy sólida y ha conseguido mantenerse buena parte de la carrera en el grupo principal, ha sido el mejor de la Selección Española tras finalizar 19° una carrera que ha coronado como nuevo arcoíris a Mathieu Van der Poel.

Este Mundial de Glasgow comenzó, como es costumbre, con una fuga numerosa que tomó rápidamente una ventaja importante. Pero a diferencia de ediciones anteriores, el nivel medio de los integrantes era mucho más alto. Vermaeke (Estados Unidos), Neilands (Letonia), Doull (Gran Bretaña) o Dinham (Australia) han llegado a contar con más de 7 minutos de ventaja con respecto al pelotón, que tras un parón debido a la irrupción de unos manifestantes climáticos ha tenido que incrementar notablemente el ritmo para controlar la situación.

Las primeras vueltas al circuito de Glasgow han sido absolutamente frenéticas. El pelotón ha quedado reducido a 50 unidades y al término de cada repecho amenazaba con cortarse aún más por un interminable látigo que ha hecho rodar a los ciclistas en fila de uno toda la carrera. Ion Izagirre y Alex Aranburu, que han demostrado su calidad y polivalencia, han sobrevivido con nota a estas condiciones de carrera y a falta de 6 vueltas para la conclusión permanecían en el pelotón principal.

La entrada en los últimos 90 km de carreraa ha provocado que comenzaran a sucederse los movimientos, siendo protagonista de varios de ellos el defensor del titulo Remco Evenepoel. Ya dentro de los últimos 50 km, después de la neutralización de la fuga, se ha producido una fractura más en el pelotón que ha dejado en un segundo grupo a Aranburu. Por delante, ha hecho camino un corte con algunos de los mejores corredores del planeta como Van Aert, Van der Poel, Pogacar, Bettiol, Pedersen, Kung o Skjalmose, entre otros, que han terminado jugándose el triunfo. El italiano ha sido uno de los grandes protagonistas de la carrera de estas últimas vueltas gracias a un ataque que le ha tenido más de 20 kilómetros al frente. Su aventura ha llegado al final cuando Van der Poel ha arrancado desde el grupo perseguidor y ha soltado ya dentro de los dos giros finales a los tres últimos ciclistas que resistían: Van Aert, Pogacar y Pedersen.

la actuación del ciclista holandés pasará a los anales de la historia, puesto que además de valerle para hacerse con el arcoíris ha sufrido una caída que le ha roto una de sus zapatillas, pero que no le ha impedido batir a tres de los mejores ciclistas del planeta. La segunda posición ha sido para Wout Van Aert, que ha llegado en solitario, mientras que en tercera plaza ha concluido Pogacar, que ha superado en el sprint a Pedersen. A ocho minutos y medio ha entrado el grupo de Aranburu, que ha finalizado en 19ª posición, y cinco minutos más tarde ha hecho lo propio en otro pequeño pelotón Cortina para concluir 30º.

“Hemos rodado tranquilos al inicio hasta que nos han parado por la protesta y luego ya desde que hemos entrado al circuito el ritmo ha sido rapidísimo. El pelotón se cortaba en mil pedazos, intentábamos estar adelante y cada vuelta se hacía más dura que la anterior con los látigos y todas las arrancadas que se han producido. Hemos intentado aguantar en el grupo y a falta de cinco vueltas no he podido resistir y ya me he quedado en un segundo grupo”, ha explicado Aranburu en meta al respecto de una carrera de la que ha destacado que “el circuito provocaba que la colocación valiera un montón”.

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