Todos los que montamos en bicicleta nos hemos visto en el dilema de “¿cuándo empiezo con los pedales automáticos?”. Tratamos de arrojar luz sobre lo ideal de usar este tipo de pedales.
Todos los que montamos en bicicleta nos hemos visto en el dilema de “¿cuándo empiezo con los pedales automáticos?”.
Todo aquel que se inicia en la bicicleta, siente y ve los pedales automáticos como una gran dificultad, incluso como algo no apto para ellos. Pasa lo mismo con los más pequeños: sus inicios en la bicicleta y su posterior desarrollo va marcado por la espera prolongada para usar los pedales automáticos.
Independientemente de la edad, todo el que prueba los pedales automáticos no vuelve a prescindir de ellos; se convierten en algo fundamental e imprescindible en nuestras salidas en bicicleta.
La sensación inicial de ir enganchados a los pedales nos hace sentir vértigo, inseguridad, pero la realidad es todo lo contrario. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que al llevar pedales automáticos la seguridad es mayor frente a acciones tan habituales como el pie que resbala en el pedal y te golpea, u otras como pedalear con fuerza y que el pie se escape del pedal. Estas situaciones son directamente eliminadas con los pedales automáticos, aportándonos una mayor seguridad.
Junto a la seguridad del ciclista debemos destacar la eficacia del pedaleo. Usando los pedales automáticos optimizamos al máximo la pedalada durante todas sus cuatro fases: avance, empuje, tracción y elevación (esto sería imposible de realizar usando unos pedales convencionales/no automáticos).
Por tanto, no existe edad para comenzar con ellos, sino que lo recomendable es que cualquier usuario habitual de la bicicleta use pedales automáticos una vez superada esa fase inicial de equilibrio y manejo de la bicicleta.
Recomendaciones básicas.
- Elije unos pedales que permitan regular la dureza del muelle. Esto te ayudará a llevarlos suaves en tus inicios y así poder sacar el pie del pedal rápidamente y con cierta facilidad. Los pedales, en su gran mayoría, llevan un tornillo donde graduar ese muelle con el fin de graduar la fuerza con que engancha la cala de la zapatilla.
- En los comienzos del uso de los pedales automáticos es recomendable que un especialista nos coloque correctamente la cala, ya que dependerá de su posición que evitemos lesiones o posibles dolores, no solo en la zona del pie sino en cualquier parte del cuerpo, en especial las piernas (las rodillas suelen sufrir mucho en una mala colocación de las calas). Una buena posición de las calas nos hará sacar una máxima eficacia en la pedalada.
- Cuando vayas a usarlos te recomiendo que practiques ese mecanismo de enganche y desenganche de la cala. Integrar el movimiento es sencillo, pero si además sabemos correctamente tanto enganchar como desenganchar evitaremos sustos innecesarios.
- Es muy importante tener en cuenta la anticipación a la hora de sacar los pies. Los primeros días no tendremos automatizado el gesto de sacar el pie nada más parar. Por ello, es muy importante tomar consciencia y pensarlo según vayas aminorando la marcha e incluso te será más seguro sacar la cala del pedal antes de la detención completa. Una de las caídas más típicas que se sufre al inicio de los pedales automáticos es el no anticiparse a sacar el pie; una vez que te ves ante la situación de parar y no haber sacado el pie del pedal, los nervios nos paralizan y la caída lateral enganchado a los pedales nos sorprenderá.
- Si tu especialidad es la bicicleta de montaña, aprovecha para hacer las primeras salidas en bicicleta con una complejidad sencilla, donde te puedas permitir ir cogiendo destreza y confianza.
Tras unos días con los pedales automáticos sentirás que ya tienes este gesto asumido de forma automática y no serás capaz de imaginar una salida en bicicleta sin tus nuevos pedales.
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